miércoles, 10 de junio de 2020

Capítulo 7





Gerardo y Carmen están juntos. Él medio desnudo. Ella lo mira con deseo y con tristeza. Le duele que no valore su cuerpo, que sólo viva para el sexo.
--Ya, Carmen. No me vengas con una charla filosófica que acabo de pasar un buen rato. Después de coger rico lo que me apetece es hacer un cigarrito y en todo caso dormir un rato. No quiero escucharte.
--Lo que pasa es que me preocupo por ti.
--Tú lo que necesitas es un novio para no estar tocando las pelotas a los demás.
Carmen hace la intención de tocarle los genitales pero Gerardo se aparta. La mira molesto.
--No me gustan estas bromas.
--Está bien. No te enojes.
Gerardo bebe un vaso de leche.
--si solo quieres molestarme otra vez me llamas para saber si no tengo nada qué hacer.
--Creí que éramos amigos y que podía venir siempre que quisiera.
--Si bueno aunque si llamas te puedes evitar situaciones comprometidas, situaciones que a ti no te gustan y me evito sermones. Yo sólo quiero vivir mi vida y que me dejen vivirla en paz.
--¿te parece vida ir de cama en cama, ir de chico en chico?
--Sí, me parece muy rico.
--Así no se puede ser feliz.
--Yo lo soy.
--¿en serio lo eres, chica? ¡estás loca¡  dices que no quieres volver al closet pero tampoco vas libremente. Yo no te veo con valor de ir libremente en la calle con el hombre que tú amas.
Gerardo se le ríe.
--¿¿amor?¿qué cosa es eso? Eso es cosas de gente insegura, en todo caso de viejas.
--¿de viejas como tú? --dice ella riendo.
Él la mira molesto.
--yo sólo quiero saber lo que buscas de la vida.
--lo que no quiero es que hables de mi comosi fueras mujer.
--bueno Gerardo... Más bien Gerardita --dice con burla.
A Carmen le encanta hacer enfadar a su amigo.
--no tengo ganas de escuchar tus estupideces.
Ella lo acaricia:
--tú lo que necesitas es una mujer que te haga creer en el amor.
--¿tú?--burlón
Ella desea besarlo.
--¿porqué no?
Gerardo no se molesta en contestar. Han hablado de eso tantas veces. Carmen lo ama y no pierde las esperanzas de que se de cuenta que es a ella a quien en verdad ama. Gerardo la mira con tristeza:
--Yo no quiero hacerte daño y si no aceptas mi ritmo de vida será mejor que...
Carmen lo interrumpe con un breve beso en los labios. Antes que él se enoje dice:
--Ya chica, quita esa cara de amargada.

Mientras Nemesio se está dando una ducha pensando en Gerardo. Su cuerpo lleno de jabón, el agua lo va relajando. Le va bajando la calentura. Sale en boxers. Se tumba en su cama.
--No volveré a seguirlo. Él me llamará. Me tiene que llamar...


Días después, Gerardo sale de su casa con un tipo. Van en auto. A lo lejos ve a Nemesio. Lo está espiando. No se dicen nada. Nemesio se queda sentado en un banco que hay en frente. Está horas. No se da cuenta cuando alguien le pasa por delante y le dice:
--¿¿quieres uno? --pasándole un cigarro.
El corazón de Nemesio late con fuerza. Es Gerardo.
--¿¿tú?
Gerardo lo mira con compasión:
--Estás mal, no puedes hacer estas tonterías. No eres un niño. Compórtate como un hombre. No me hagas arrepentirme de haberte conocido
A Nemesio le gusta que al fin Gerardo le hable, que le hable sin ofensas. Sin gritos. Lo trata con amabilidad.
--No me llamaste.
--POrqué a mí me gustan los hombres y tú eres y te comportas como un crío. No entiendo de qué vas, creo que necesitas ayuda profesional.
Nemesio se levanta.
--¡¡no estoy loco sí es lo que insinuas¡
--calmate, si no me voy.
Nemesio se vuelve a sentar:
--has sido mi primer hombre, ¿no puedes entender que quiera seguir viéndote?
--Por lo mismo. He sido el primero, vive. Busca otros. No te puedes obsesionar por el primer tipo que se cruza en su vida.
--Fuiste el primero que me dio confianza. Hasta ahora no me habría atrevido, siempre oculté que era gay.
--Lo más importante es aceptarse a uno mismo.
--Sí lo sé pero me engañaba. Pensaba que si tenía novia se me olvidaría el resto pero ya no quiero seguir ocultándome. Me gustaría gritar al mundo que soy gay.
--hazlo si quieres pero a mí no me metas.
--¿tu gente no sabe que eres gay?
--si, claro que lo saben pero eso no quiere decir que tenga que dar explicaciones a todo el mundo.
--¿y no te gustaría tener un hombre para siempre?
Gerardo se levanta:
--para siempre es mucho rato. Lo más importante es divertirse. Tú estás muy guapo pero eres muy chavo, tienes mucho que aprender.
Nemesio se levanta. Lo desea y mucho:
--a mí me gustaría aprender contigo.
--Yo no soy tu papá, yo no puedo cargar contigo. Si me prometes que no me vas a volver a seguir, que esperarás a que yo te  busque te dejaré venir conmigo.
Nemesio abre los ojos como platos. Está deseando volver a acostarse con Gerardo.
--¡¡sí, sí¡¡
Nemesio está muy ansioso. A Gerardo le hace gracia.
--pero me tienes que prometer que no me volverás a seguir, que no harás tonterías.
--te lo prometo.
Gerardo le hace gestos con la cabeza. Nemesio se va detrás de él. Frente a la cama Nemesio lo besa con desesperación. Gerardo le sonríe:
--tranquilo, tranquilo.
Nemesio tiene prisa. Lo desea. Lo desea tanto. Fornican salvajemente. Gerardo enciende un cigarro. Nemesio está abrazado al pecho de él. Lo besa.
--te amo, te amo tanto. No quisiera que este momento se acabara nunca.
Gerardo se levanta molesto. Se pone el boxers:
--ya lo tienes que estropear todo. Venga vete y olvidame. Ya me lo prometiste.
Nemesio se resigna.
--está bien ¿y el baño?
Gerardo le señala la puerta.Va al baño. Se mira al espejo. No tiene intención de cumplir su promesa. 
--va a ser mío, Gerardo va a ser mío.
Está muy sofocado. Se refresca y sale. Gerardo le da una copa.
--bebes y te va.
Nemesio lo mira fijamente.
--¿y a ti que te pasa? --le pregunta.
--no, nada.
Nemesio está muy tranquilo. No le crea problemas para irse. A Gerardo le preocupa.
--¿y este que traerá entre manos? --piensa

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