miércoles, 10 de junio de 2020

Capítulo 13




Nemesio se está refrescando. Pese a su apariencia de hombre duro en realidad sigue siendo aquel chiquillo que se enamoró de Gerardo y lo quiso dar todo por él. Es el mismo aunque con más dolor. Más herido. Se mira al espejo:
--tengo que ser fuerte, no me puede notar nada. No puedo caer en su juego otra vez.
Nemesio se quiere negar así mismo que se muere por él.
--Gerardo no debe saber que llevo tanto tiempo esperando este momento, que todo forma parte de un plan.
Con lo que no contaba pero era con ser deslumbrando por Gerardo como el primer día. Oye que se abre la puerta. Al ver que es él se va al urinario. Hace que orina. Gerardo se le pone detrás.
--No me digas que no era esto lo que querías.¿lo hacemos acá?
La voz de Gerardo suena sensual, él lo mira seductor. Nemesio se muestra frío aunque le cuesta.
--¿Sabes?ya no tienes edad de perseguir hombres. Pareces un adolescente en celo. Podrías ser mi padre
Gerardo le sonríe:
--eso era lo mismo que yo te decía a ti.
Nemesio se sube la cremallera.
--Esto no tiene gracia. Creo que estás mal de la cabeza.  No estás nada mal pero no eres lo que yo busco ni para un polvo de un momento. Siento que estoy con mi viejo . Eres demasiado mayor para mi.
Nemesio se aleja de él. Con paso firme aunque por dentro está temblando.
--si que cambiaste, aunque estoy seguro que todo esto no es más que un barniz que por dentro deseas que te haga el amor.
Gerardo tiene razón y Nemesio tiene miedo de caer. De no poder seguir con su plan. Se va rapidamente. Gerardo lo mira con deseo. Le gusta su trasero, como camina. Está muy seducido.
--vaya como me gusta.
Gerardo sale pero no lo encuentra. Le da rabia. Se golpea los puños.
--¡¡maldita sea¡¡
Nemesio entra en su auto. Está muy excitado. No deja de pensar en la mirada de Gerardo.
--Me gusta, como me gusta.
Está temblando, le ha agotado tener que fingir lo que no es pero también está bien saisfecho.
--ahora las cosas han cambiado. Me vas a rogar porque te haga el amor¡me lo vas a rogar¡
Está lleno de rencor y frustración. Recuerda con tristeza aquel chico que se enamoró de Gerardo y queria vivir su vida con él.

Gerardo se refugia en Carmen. Le cuenta todo lo que ha pasado. Gerardo está desesperado. Carmen se ríe.
--¡¡de qué te ríes¡ ¡no le veo la gracia¡
--pues la tiene, mira que el niño te buscó y tú lo rechazaste y ahora las cosas han cambiado.
Gerardo se enfada  con su amiga:
--¡¡nada ha cambiado, yo sólo quiero echar un polvo con él al igual que antes¡
--pero antes no estabas tan desesperado y la desesperación la trae el amor.
Gerardo se golpea los puños:
--¡¡no hables tonterías¡
Gerardo mira hacia la ventana. Carmen se acerca a él. Le pone la mano en los hombros:
--prueba a pedirle perdon.
Gerardo mira a su amiga molesto:
--¿¿¡pedirle perdón a ese imbécil? ?¿¿yo?
Carmen mira a su amigo con cariño.
--a no ser que quieras quedarte con las ganas de acostarte con él ¡sí¡
--¡Jamás. Esta noche Neme va a ser mío¡
--No lo vas a lograr --dice divertida.
Gerardo está muy seguro de sí mismo:
--¿¿¿qué te apuestas???
Carmen lo mira coqueta:
--si pierdes te acuestas conmigo.
Gerardo calla y Carmen ríe victoriosa:
--¿es que tienes miedo?
--claro que no, sé que no voy a perder --dice Gerardo seguro-- lo que pasa es que creí que ya me habías olvidado.
--sí, es verdad. Ya no estoy enamorada de ti --Carmen le acaricia el pecho seductora pero él se la aparta con asco-- pero eres muy guapo y me apetece divertirme.
--¡¡como quieras¡ ¡¡el que pierda hará lo que al otro se le pegue la gana¡
Los dos amigos se escupen en la mano y se las chocan para sellar su palabra.

En la siguiente noche Gerardo vuelve al antro de siempre y ahí está Nemesio. Los dos se miran con deseo. El camino que los separa es largo. Gerardo está ardiendo. Se muere de celos al ver que otro tipo, mayor, coquetea a Nemesio. Para que Gerardo lo vea le pide que le pague en ese momento. Luego lo besa. Se van yendo juntos. Gerardo le agarra del brazo.
--tú y yo tenemos que hablar¡¡¡
Nemesio tiembla de deseo. Le cuesta fingirse indiferente. Es el cliente el que se mete.
--¡¡ahora no, ya le pagué. Está conmigo¡
Gerardo mira a Nemesio escandalizado:
--eres un... un?¡¡ --la voz le tiembla, no es capaz de acabar la frase.
Nemesio le sonríe:
--luego te hago el servicio a ti si estás dispuesto a pagar lo que cuesto.
Y se va con el tipo. Gerardo no hace más que mirarlo. Le duele imaginar a ese joven inocente venda su cuerpo. Mira la cartera.
--¡¡estás loco¡ ¡¡no vas a pagarle¡
Aunque lo que más rabia le da es que no lleve dinero. Se toma un trago. Piensa en la última vez que lo vio, cuando le pidió matrimonio.
--¡¡me amaba. Estaba loco por mi¡ ¡¡no me pudo haber olvidado¡
A Gerardo le gusta mucho Nemesio, han pasado mucho años y tiene miedo que el tiempo haya borrado ese loco amor. Varios tipos tratan de ligar con Gerardo pero éste se los saca de encima de mala manera porqué no hace más que pensar en Nemesio. El chico tarda en llegar. Gerardo está lleno de rabia y muy ansioso por hacerle el amor. Nemesio lo ve a lo lejos. Vibra. Su corazón late con fuerza. Lo ama. Todo el dolor, el rencor no han podido borrar ese gran amor que nació inesperadamente. Tras esa fachada de hombre duro sigue siendo aquel joven enamorado dispuesto a todo por Gerardo. Nemesio le pone un bozal a su corazón.
--¡¡no lo vas a amar¡ ¡¡tiene que sufrir, tienes que humillarlo de la misma manera que él te humilló¡ ¡¡hacer que enloquezca por ti¡
Se va acercando a Gerardo que está de espaldas. Nervioso, lo ama y lo odia.  Se va acercando a él. En realidad no sabe si lo va a atacar o hacerle el amor. Su cabeza quiere lo primero pero su alma lo segundo. Gerardo lo siente. Se da la vuelta. Los dos están tan cerca. El cuerpo del uno desea al otro. Gerardo está muy herido.
--¡¡ya era hora¡ ¡¡sí que te has tardado con el viejo¡ --dice Gerardo con desprecio.
--me esperabas? --Nemesio burlón.
--Así que te prostituyes... --Gerardo furioso.
--¿te interesa? ¿tan desesperado estás? --dice Nemesio burlón.
--¡¡yo jamás pagaría por coger.. no me hace falta!
Nemesio desea amarlo pero no quiere volver a sufrir por amor, desea hacerlo sufrir a Gerardo y al ver que Gerardo está interesado lo anima en su venganza. Habla con frialdad. Se quiere hacer el hombre de mundo.
--pues yo aquí estoy trabajando. ASí que si me disculpas.
Gerardo lo agarra del brazo:
--¿porqué? ¿porqué caer tan bajo?
Nemesio mira a Gerardo con mucho desprecio:
--tú me enseñaste que lo único que importa de la vida es el sexo.
Por un lado a Gerardo le emociona que haya dejado una huella tan profunda en Nemesio pero del otro le duele haberlo lastimado tanto.
--¡¿todo esto es para molestarme mi? --pregunta incrédulo.
--cree lo que quieras.-Neme herido.
Nemesio baja la guardia, Gerardo lo acaricia y Nemesio se estremece. Gerardo lo besa y con orgullo contempla que se derrite en sus brazos.


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