jueves, 11 de junio de 2020

Capítulo 20 y ultimo


Lucecita cumple seis años. Inés da una gran fiesta para toda su familia y amigos para dar a conocer a su hija. Ya no la quiere seguir ocultando. Es la ocasión ideal para que se aclaren las cosas, para que se olviden los problemas en una familia. David entra en ese momento. Mirada dura. Pasos desafiantes. Inés se pone nerviosa pensando que va a hacer un escándalo.  Neme la calma:
--yo lo invité.
--¿porque lo has invitado?
--Ahora que al fin me confesaste lo vuestro hay que hacer algo.
--te dije que no te metieras ¿porque lo has hecho? --ella alterada que no deja de pensar en lo bien que se siente en sus brazos pero pesa mucho además  su profesión.
Neme no contesta a su madre. Se dirige hacia él.
--¡¡a ti te quería yo ver¡ --dice David con ganas de bronca.
Inés detrás de su hijo asustada, la pequeña se ha quedado entretenida comiendo dulces. Neme amable le dice a David:
--no hagas un escándalo. Por tu hija. Mi mamá me contó. Siento lo que pasó, en serio. Yo no te quería hacer daño. Cuando dije que eras gay... bueno... en realidad ya no importa. Tu mamá ya sabe la verdad.
David se acerca a ella con timidez. Inés le sonríe.
--,¿vas a dejar que sea el padre de nuestra hija? Te juro que he dejado el pasado atrás, lucharé por un futuro mejor para mi, para nuestra hija.
--si pero que ella no lo sepa. No hasta que se acostumbre a ti.
Los dos  se acarician la mano con disimulo. Nemesio besa a su madre. Luego abraza a ese chico del que estuvo enamorado. Ahora no queda nada de eso. Neme busca unas copas para que brinden los tres.
--que se acaben los secretos --dice David.
En ese momento aparece la hermana de David con Ana de la mano.
--yo también tengo un secreto.
No hace falta decir nada. David ha aprendido a no juzgar a los demás, a que la felicidad sea lo primero. Ana es feliz porque al fin ama y es amada. Carmen llega detrás de Ana.
--traje a una amiga. Espero que no les moleste --dice Ana
En realidad Nemesio tenía ganas de verla pero no se atrevía. Le gusta que esté ahí.
Su corazón late con fuerza pensado que al fin sabrá de su amado. Nemesio agarra del brazo a Carmen y se quedan apartados de los demás. Está muy ansioso, con la esperanza de saber de él.
--¿qué sabes de Gerardo? ¿donde está? --pregunta con desesperación.
--Está fuera del país. Todo esto le afectó mucho, ya sabes como es con lo del sexo. Se encuentra más o menos pero no quiere ver a nadie, lo siento --dice apenada.
Nemesio tiene una gran herida en su corazón:
--dile que lo amo --tragándose las lágrimas.
--lo haré pero aún es muy pronto pero no te desesperes. Estoy segura que él es tu hombre... --ella compasiva.
Nemesio se da cuenta que Carmen y un invitado no dejan de mirarse en la distancia.
--unete a la fiesta, diviertete.
Carmen le desea suerte. Él se queda algo triste mientras lo demás celebran.


Un tiempo después... Nemesio está en el antro en el que conoció a Gerardo. Toma una copa. Está triste. Varios hombres se le acercan  seductores pero él los rechaza triste. Algunos le ofrecen dinero pero él deja claro que dejó el oficio. Le gusta estar ahí porque le recuerda a Gerardo, a veces le da la impresión que entrará en cualquier momento pero eso nunca pasa. Se iba a ir pero de pronto...
--¿no me puedo sentar?
Nemesio lo mira conmocionado. Se levanta de un salto. Su corazón da un brinco. Queda de pie. Al fin los dos frente a frente .Gerardo le toma de la mano. Es muy cariñoso con él.
--Carmen me dio tu recado, yo también tengo algo que decirte... Te amo.
Nemesio lo mira con en shock. No es capaz de decir nada. Gerardo lo  acaricia. Los dos tiemblan.
--quisiera pedirte perdon por todo el daño que te hecho, por haberte dejado cuando me salvaste la vida pero era necesario. Tenia que irme.
--¿en serio me amas? --Nemesio incrédulo.
Gerardo le sonríe dulcemente.
--dejame demostrartelo, deja que ahora sea yo el que te ame.--le dice con todo el amor que Nemesio siempre deseó que le diera.
Aunque con algo de miedo, como si fuera un sueño, Nemesio se deja arrastrar al apartamento de Gerardo. Acaban haciendo el amor con ternura y amor, a Nemesio le emociona como tiembla Gerardo.
--es mi primera vez... desde... ya sabes... --balbucea asustado, temiendo el rechazo de su amado.
Nemesio es dulce con él. Lo besa. Le acaricia los genitales. Gerardo está nervioso y asustado pero a Nemesio no le molesta besar y acariciar su parte amputada. Para Gerardo esa es la mayor prueba de amor. Están felices el uno en el otro.
--¿crees que es como antes :que funciono como antes? --pregunta Gerardo temeroso.
Nemesio, sobre él, lo acaricia suavemente. Le habla desde el alma:
--claro que sí. Una bola... dos... eso no importa. Eres atractivo, seductor. Nada ha cambiado. Yo te amaría de todas las formas.
--debi darme cuenta la vez que te vi --conmovido.
--fue bonito luchar por ti.
Los dos hablan con mucho cariño, con felicidad. Se sonríen mucho.
--nos peleamos tanto... --Gerardo.
--porque nos amamos
--se acabaron las peleas.--Gerardo guiñándole el ojo.
--si mi amor, se acabaron. Me parece un sueño. --dice Nemesio llenándolo de besos.
Gerardo responde a sus besos, a sus caricias como nunca lo hizo.
--No es un sueño... te amo.
--te amo.
Los dos se miran con lágrimas de felicidad en los ojos. Se funden en un beso que están seguros será eterno.
fin.

Capítulo 19


Carmen es el mejor apoyo de Gerardo. Le realizan una ecografia y también un análisis  sangre. Gerardo tiene mucho miedo. Carmen le toma de la mano. Tiene cáncer. El mundo se le cae encima. Carmen le besa la mano. Le hace sentir que ella está con él, que todo está bien. El doctor le habla con tranquilidad y franqueza:
--El cáncer de testículo tiene una de las tasas de curación más altas de todos los tipos de cáncer, por encima del 90%, y prácticamente del 100% si no se ha extendido.
Se hace un silencio. Gerardo tiene miedo a preguntar si en su caso se ha extendido. Lo hace Carmen.
--Y cual es...?
No acaba la frase. El doctor dice:
--No se ha extendido. Podrá llevar una vida normal.
Carmen se abraza contenta. Gerardo siente que le devuelven la vida.
--¿entonces no pasa nada?  ¿¿como va la historia? Me da una medicina y se acabó?
Gerardo está muy ansioso. Carmen trata de animarlo.
--calmate. No te vas a morir y eso es lo que más importa.
Carmen no le suelta la mano, sabe que aún va a necesitar mucho apoyo.
--¿cual es el tratamiento a seguir? --pregunta Carmen.
--Se tiene que realizar inmediatamente una orquidectomía inguinal radical.
Aunque Gerardo sabe perfectamente que significa esto no lo quiere aceptar.
--¿y eso que signfica?
--La extirpación del testículo y...
Gerardo ya no escucha más. Da un golpe en la mesa.
--¡¡no¡¡ usted no me va a amputar¡
Carmen se levanta, abraza a Gerardo.
--¡¡no seas loco, si no te operas te mueres¡
--¡¡pues lo prefiero antes de ser un hombre a medias¡ ¡¡todo el mundo se va a reir de mí¡
En esos momentos Nemesio pasa por su cabeza. Piensa en lo mucho que se reiría al verlo con un sólo testiculo. Ese es el principal motivo por el que no se quiere operar. Gerardo está muy nervioso.
--sientate y escucha al doctor --le ruega Carmen.
Gerardo no se calma nada. El doctor trata que lo escuche:
--es una operación muy sencilla. El mismo día puede volver a casa. Tendrá una vida normal. Podrá tener hijos.  No lo notará.
Gerardo se tira sobre el médico, no lo golpea porque Carmen se pone en medio.
--¡¡que me importa a mí tener hijos si soy maricón¡
Tanto Carmen como el doctor tratan que se calmen pero Gerardo está como loco. El doctor le ofrece un calmante.
--¡¡yo quiero irme¡
Carmen se pone en la puerta.
--¡¡tu vida está en peligro¡
--¿¿dejarías tú que te arrancarán un pecho? --le reprocha Gerardo.
Carmen no lo duda:
--¡¡Mi vida, en este caso tu vida es más importante¡
Gerardo se hunde. LLora en la silla.
--nadie va a querer acostarse conmigo.
Carmen le pone la mano en los hombros:
--si te aman, no les importará.
Gerardo llora. Nadie lo ha amado. Tal vez Nemesio pero ahora no está seguro. Después de todo lo que se han atacado y humillado Gerardo no está seguro que Nemesio no se vaya a reir de él.
--si lo que le preocupa es eso. Le podemos insertar una prótesis en lugar del testículo extirpado. La falta sería imperceptible --explica el doctor.
Gerardo se levanta. Da un golpe en la mesa.
--¡¡no¡ no me van a poner nada   raro en el cuerpo¡ ¡no¡
Aunque Carmen lo quiere retener Gerardo huye despavorido.
--Señora, si no se opera sí morirá.
--No se preocupe. Yo se lo traigo.
Gerardo se va como loco. Se va en su auto. Carmen está muy preocupada. No puede atraparlo.
--¡Gerardo¡ ¡¡Gerardo¡
Lo llama pero el auto no se detiene, se va a toda velocidad.

Nemesio sale de su apartamento. Se sorprende al encontrarse a Carmen. Ésta la llama.
--¡¡Nemesio¡ ¿¿me recuerdas?
Él la mira sorprendido:
--¿tu eres la amiga de Gerardo no?
Carmen está muy angustiada.
--¡¡me tienes que ayudar¡¡¡creo que tú eres la única persona que puedes lograr que ese tarado entre en razón¡
--¿¿qué ocurre? ¡me estás asustando¡
--Gerardo me mata si sabe que te cuento pero es que creo que ahora da igual. Tiene cáncer ... en un testiculo.
Nemesio se lleva las manos a la cabeza.
--¡¡lo sabía, lo sabia¡
Siente una gran angustia. Le duele mucho el dolor de su amado.
--Lo debe estar pasando fatal.
--¡¡no se quiere operar¡ ¡¡se fue en su auto, no sé donde está¡
Muy angustiado pero decidido, Nemesio dice:
--¡¡juro que Gerardo se opera aunque sea la último que yo haga en mi vida¡¡


Gerardo ha dado vueltas en su auto durante horas. La película de su vida ha ido pasando centrándose en Nemesio. No sabe bien porque sus pasos lo dirigen al supermercado que hay al lado de su casa. Justo donde Nemesio le pidió matrimonio. Siente que lo que le ha pasado es un castigo por haberlo humillado. No había vuelto a ese sitio desde ese día, sintió demasiada vergüenza y ahora lo que siente es bronca por no haberlo sabido entender y comprender. Por haberlo humillado. Sus ojos se llenan de lágrimas.
--La única persona que me ha querido y la dejé ir. Todo hubiera sido diferente si él se hubiera quedado conmigo.
De repente siente una presencia detrás suya. Una mano sobre sus manos y Nemesio muy cariñoso le dice:
--Yo estoy, yo estoy.
Gerardo se traga sus lágrimas. Mira a Nemesio con dureza.
--¿¿qué haces aquí?
--Te buscaba. vi tu auto. Carmen me contó...
Gerardo se siente humillado por lo que le pasa y no quiere escuchar a Nemesio. Corre hacia su casa. Nemesio tras él. Le quiere cerrar la puerta en las narices pero Nemesio es más rápido  y entra.
--¡¡dejame en paz¡ ¡¡me estoy muriendo¡ ¿¿qué quieres reirte de mi?
Gerardo está muy triste y con mucho miedo. Nemesio sufre por él:
--¡¡no quiero que te mueras¡ ¡¡la operación es muy sencilla¡
--¡¡claro como a ti no te van a quitar las bolas¡ --Gerardo dolido.
Nemesio está desesperado.
--¡¡no voy a permitir que te mueras¡¡¡ ¡¿¿qué más das las bolas que uno tenga?¡
--¡¡claro te encantaría que tuviera una para humillarme¡¡ ¡¡cuanto te reirias¡
A Gerardo lo que más le importa en ese momento es eso, es pensar que Nemesio pueda usar su problema para reir de mi. Nemesio no lo duda. Va hacia la cocina y agarra un cuchillo enorme.
--¿¿qué haces?
Se baja los pantalones, el boxers y se pone el filo del cuchillo en las bolas:
--¡¡si es un problema de pelotas me las corto¡ ¡¡así tu tendrás uno y yo ninguna¡ ¿¿te parece?
Nemesio no piensa, está desesperado. Haría cualquier cosa por él. Gerardo lo mira incrédulo.
--¡no hagas tonterías... No quiero una desgracia¡
Nemesio parece dispuesto a cortarse los testículos:
--¡si te hace bien me los corto yo¡¡yo ne corto las dos y tú te operas¡
--¿Porque harias eso? --Gerardo conmovido..
--¿es que no te das cuenta? --le dice lloroso-- te amo.
Gerardo siente una gran emoción pero su enfermedad no le permite disfrutar al 100 por 100 de esa confesion de amor. Agarra el cuchillo de las manos de Nemesio y lo tira.
--si en serio me quieres demostrar tu amor, quiero que hagamos el amor y sin condon.
Nemesio no lo nota enamorado y no quiere que lo humille:
--No creo que sea el momento.
--¡te da asco que mi semen podrido esté dentro de ti ¿no?¡ ¡¡--Gerardo muy molesto.
--Aqui no hay nada podrido y lo único que me da asco es que no me hayas querido.
Los dos se miran llorosos.
--eso ahora no importa, quiero que me hagas el amor.

Hacen el amor con una calidez que ninguno conocía y que a los dos les encanta. Quedan abrazados durante largo rato. El uno aferrado en el otro.
--¿cuanto te tengo que pagar?
--tu operacion... te sale gratis si te operas--dice Nemesio mirandolo a los ojos.
--¿me harías un favor?
--el que quieras.
--No me hables de nada pero no quiero que te separes hasta la operación.
Nemesio le besa la mano:
--trato hecho.
A los dos los está uniendo un gran cariño. Están juntos, juntos llegan a la clínica y se despiden con un beso.
--todo saldrá bien.
Nemesio espera junto a Carmen y cuando preguntan les dicen que Gerardo ya fue dado de alta. Ha dejado un sobre para Nemesio:
--Gracias por salvarme la vida pero no quiero tu compasión.
Nemesio llora, por segunda vez Gerardo le ha roto el corazón.





Capítulo 18


David se ha quedado muy sorprendido al descubrir que Inés tiene una hija. Mira a Inés molesto:
--¿¿qué es esto?
La pequeña Lucecita mira al desconocido boquiabierta. David tiene muchas ganas de hablar, de saberlo todo. Inés tiene miedo que diga algo delante de la pequeña y le pide a su empleado que se lleve a la niña a su cuarto. Lucecita no se quiere ir.
--Yo me quiero quedar con tu amigo, mamita...
Inés repite la orden. Lucecita mira al joven con cariño. David está muy impresionado. Se le está pasando por la cabeza algo que no puede ser. Acaricia la cabeza de la pequeña con mucho cariño:
--obedece a tu mamá...
La pequeña se va con la empleada. Se gira y saluda a David con la mano muy cariñosamente. David tiene un nudo en la garganta.
--es... es...
No le salen las palabras. Inés mira hacia la puerta. Se asegura que su hija ya no esté.  David se lleva las manos a la cabeza.
--¡¡Inés, por favor...¡ ¡¿¿que significa esto?¡
Inés agarra a su joven amante de dos noches por el brazo y se lo lleva a la calle. David se mueve mucho. Está muy nervioso.
--¿¿qué es esto? ¿qué es esto?
--Mi secreto... algo que sólo mi mamá llegó a saber... Algo que mis hijos no supieron nunca...
Inés piensa en mentir, en decir que es adoptada pero no quiere negar más a su hija. Además ve demasiado angustiado a David y no le quiere quita el derecho a saber la  verdad.
--Cuando salí de casa de tu padre por lo que pasó... Estaba embarazada...
David siente sorpresa, emoción. Es lo que esperaba oír. Siente una sensación muy extraña en su interior. Algo grande, algo hermoso. Algo que le gusta pero también que le da miedo.
--¡¡es mi hija...¡ porqué es mi hija...?
David no tiene dudas y a Inés le emociona la seguridad de él.
--¿lo preguntas?
--Tendria que hacerlo?
--ya sé que crees que soy una cualquiera...
Inés le habla con dolor. David acaricia la mejilla de la mujer:
--no, eso es ahora (el comentario no hace muy feliz a Inés)... si esta pequeña es tu hija... Es mi hija... No me cabe la menor duda...
--Es nuestra hija... No lo dudes...
David está emocionado:
--¡¡una hija... tengo una hija...¡
Inés lo mira lloroso. Nunca pensó compartir ese momento con él. Le gusta que a él le emocione pero no puede olvidar que fue novio de su hijo.
--¿¿porqué me lo ocultaste? --le reprocha él.
Ella recuerda lo mucho que sufrió al saberse embarazada del amante de su hijo en un momento en lo que menos esperaba era volver a ser mamá.
--¿¿no lo sabes? --contesta ella en plan reprocha.
--¡¡nada justificaba que me la arrebataras¡¡
--¡¡no quiero para mi hija un hombre que se vende a otras mujeres...¡
--¡¡la culpa la tienes tú...¡ ¡¡yo estaba en la calle... yo te llamé y tú nunca me contestaste...¡ ¡¡te olvidaste de mi¡
--¡te acostaste con mi hijo¡
--¡¡eso no es cierto...¡
--¿¿como que no te vendes a otras mujeres?
--¡lo tuyo es peor... tú lo haces por vicio¡ ¡¡yo vendo mi cuerpo para vivir pero tú pagas a alguien por vicio... eres una...¡
Los dos están muy alterados y se echan en cara muchas cosas. David no puede decir la última palabra porque Inés lo abofetea.
--¡¡no te quiero volver a ver...¡
Inés se iba a ir pero David le agarra del brazo:
--¡¡quiero que mi hija lleve mis apellidos...¡ ¡¡quiero que sepa que soy su padre...¡
--No...
--¡¡tengo mis derechos...¡ ¡¡estoy dispuesto a llevarte a los tribunales...¡
--¡¡hazlo, me encantará aclarar a todos tu romance con mi hijo...¡
Los dos se miran amenazantes. David está furioso:
--¡yo te voy a demostrar que no soy gay y luego voy a venir a reclamar a mi hija...¡¡
Inés mira a David con deseo pero también con miedo. Tiene miedo de lo que pueda pasar aunque si no fuera el amante de su hijo le encantaría tener algo con él. Ella misma se escandaliza por sus palabras.
--¡¡¡¿estás loca?¡ ¿¿que diría tu niña? ¡¡Nosotros dos no seríamos los padres más normales...¡ ¡¡los otros niños se reirian de ella...¡
Inés está muy ansiosa porque no sabe qué pasará ahora. Lo que más le importa es estar con su niña. Corre a abrazarla.
--nada la separará de ella... Nada...
--¿y tu amigo, mamá? Me calló muy bien David --dice la niña con inocencia.
El corazón de Inés late con fuerza. Se plantea la posibilidad de permitir al joven ser el padre de su hija.

Carmen ha ido al apartamento de Gerardo. Éste lo recibe en bóxers. Ella lo mira con deseo.
--¡¡no me digas que al fin te has dado cuenta que te gustan las mujeres¡
Ella se ríe pero se da cuenta que él está muy serio.
--¿¿qué te ocurre?
Gerardo pálido, le muestra unos papeles que sacó de internet y con angustia le dice:
--lee esto.
--Cáncer de testículo ¿¿que mierda es esto? --pregunta sorprendida.
--¡¡Lee¡
Carmen lee por encima.
--¿y ahora qué?
Gerardo se baja el boxers. Ella está fascinada pero se da cuenta que a él le ocurre algo. Gerardo le agarra la mano y se la pone en el bulto que le preocupa:
--¿que piensas?
Carmen toca y lee el papel. Está preocupada. La angustia de ella le preocupa a él.
--¿te duele?
--¿crees que tenga cáncer? --pregunta Gerardo.
--¿desde cuando lo tienes?¿has ido al médico?
--No, no sé
Carmen está muy alterada.
--¡¡vamos al médico ahora¡
--¿crees que es necesario? qué le digo? Me da pena.
Carmen está como loca:
--¡¡vamos al médico ahora¡
--¿crees que me pueda morir?
Gerardo está muy asustado. Carmen lo acaricia:
--No porque si leiste bien si lo diagnostican a tiempo no es mortal.
Gerardo siente un nudo en la garganta:
--pero ¿y si es tarde?
--Verás como no.
--No me quiero morir.
Gerardo rompe a llorar y aunque Carmen también está deshecha lo consuela con cariño.


miércoles, 10 de junio de 2020

Capítulo 17







Gerardo desnudo en la cama trata a Nemesio con mucho rabia y desprecio.
--¡¡tu primero. A ver qué sabes hacer¡ ¡¡a ver cuanto te han enseñado esos viejos asqueroso con los que cojes¡
Nemesio en esos momentos que, tras seis largos años, está apunto de volver a hacer el amor con el único hombre que ha amado en su vida , siente muchas cosas. Amor, emoción. Rabia. Odio.Preocupación. Con el tono más desagradable que puede usar, Gerardo le dice:
--¡¡sobretodo ponte condón... hasta el sida puedes tener...¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Los dos hablan atacándose. Aunque a los dos les duele hacerse daño, lo siguen haciendo. A los dos les gustaría que esa unión sexual entre ambos fuera más cariñosa y a los dos les duele mucho que el otro no tome la iniciativa.
--¡¡Nunca lo hago sin condón¡
--¡claro las putas ya lo hacéis siempre con condón¡¡
le duele mucho el desprecio de Gerardo.
--¡¡no estamos aquí para charlar¡  --Nemesio brusco.
Nemesio le paga dándole con dureza. Gerardo es más activo que pasivo. Le duele bastante. Muerde la almohada para no gritar. Aunque Nemesio hubiera querido ser dulce quiere castigar a Gerardo por lastimarlo. Aunque siente rico teniéndolo dentro de su cuerpo, Gerardo está sintiendo mucho dolor por la brutalidad de Nemesio. Es la primera vez que aquel inocente muchacho entra en él y ni creía ni esperaba que fuera tan salvaje. Nemesio si está gozando. Le produce placer estar lastimando a Gerardo. Siente su desconcierto, su dolor. Le gusta estar sorpreniéndolo al único hombre que ha amado en su vida. Lo ama y a la vez lo odia por haberlo herido.

Inés y David están los dos desnudos abrazados. Ella está muy satisfecha. Él la mira divertido. Nunca una mujer ha sido tan entregada como ella y eso le gusta. Inés besa el pecho desnudo de él:
--solo tu me has echo sentir mujer... Nunca un hombre me ha hecho gozar tanto...
David se la saca de encima con desprecio.
--bueno... pues la próxima vez que contrates a un hombre... Ya sabes a quien llamarme...
Inés se ha sentido feliz en sus brazos y le duele que él la trata de esa manera. David se empieza a vestir de prisa. Inés lo mira triste.
--¿porqué siempre te vas de esa manera después de hacerlo?
--sólo lo hemos hecho dos veces y la primera vez me salió muy caro a mí... Ahora te saldrá caro a ti...
--¿de qué hablas?
--bueno... ya lo sabes.--dice guiñándole el ojo picaramente-- Soy caro... Un polvo conmigo no es cualquier cosa.
Inés lo mira decepcionada. Ha sido un momento especial para ella y  esperaba que lo hubiera hecho gratis.
--pagame.
Inés se levanta envuelta en la sábana. Saca el dinero de su bolso y se lo tira en la cama:
--¡¡aquí tienes tu cochino dinero¡
Inés se empieza a vestir con rabia. Está tan furiosa que hasta tiene ganas de llorar.  A Inés le duele mucho el cinismo con el que habla David. Parece que no le importara nada:
--¿cual es tu furia? igual que tú te has acostado con muchos tipos pagando yo le he cobrado a muchas viejas como tú para hacerles el favor¡
--¡¡eres un imbécil¡
Inés lo quiere bofetear pero él le agarra la mano y con ironía le dice:
--¿cual es tu bronca conmigo?¡no me vas a decir que estás enamorada de mi¡
Él lo dice de broma.
--¡¡claro que no --ella triste.
Por el dolor de ella David se da cuenta que sí, que Inés siente algo por él y se siente mal por haberla lastimado. No pueden decir nada porque Inés en seguida le suelta algo que tenia clavado muy dentro de ella:
--¡te acostaste con mi hijo¡
--¡¡eso no es verdad ¡¡lo que dijo tu marido...¡
Inés lo interrumpe:
--¡¡Neme me lo confirmó.¡
David tiene el rostro desencajado por la rabia:
--¡¡que tu hijo sea maricon no es mi problema, yo soy muy macho y te lo he demostrado¡
David la siente dudar y eso le duele. La estrecha entre sus brazos:
--¡¡no puedes dudar de mí¡
Y la besa. La besa como nunca nadie lo había besado. Ella se derrite en los brazos de él.  David sonríe seductor  y dice:
--¿y qué? aún sigues creyendo que soy el amante de tu hijo?
Mirándolo a los ojos sí cree en él pero no cree posible que su hijo la mienta. Le da una patada en los testículos mientras le dice:
--¡¡pero también creo en mi hijo¡
David se retuerce de dolor y de rabia.
--¡¡¿¿y si crees que soy el amante de tu hijo porqué te acostaste conmigo, puta?¡
David la insulta mientras ella se viste y se va. David la sigue aunque cogeando y con dolor genital que le hace ir despacio.

Nemesio y Gerardo son unas auténcias fieras. Ahora le toca el turno a Gerardo. Le clava su puñal sexual con toda la fuerza que tiene, con toda la rabia que siente. Más que placer lo que quiere es lastimarlo. Nemesio jadea, disfruta... a Gerardo le da rabia. Se da cuenta que Nemesio esta acostumbrado a que le den duro por eso no se queja. Después del coito, Gerardo salta de la cama. No mira a Nemesio a los ojos. Ninguno de los dos quiere  desvelar sus sentimientos. Le tira la ropa  y con desprecio le dice:
--¡¡vete ya¡ ¡¡no te quiero volver a ver¡
Nemesio se levanta totalmente desnudo de la cama y empieza a vestirse:
--me iré y no nos veremos pero me tienes que prometer que irás al médico.
Los dos se visten frente a frente mirándose con deseo y disimulándolo.
--¡¡yo no voy a ir al médico¡
--No te cuesta nada, sólo te tiene que hacer ...
Gerardo no lo deja seguir:
--¡¡a mi no me toca las pelotas cualquiera¡
--es por tu bien.
A Gerardo le emociona que se preocupe por él:
--¿porqué te preocupas tanto por mi??¿¿¡es que sigues enamorado de mí?¡
A Gerardo le ha dado vergüenza usar un tono dulce. Nemesio se lo toma como un ataque y dice:
--¡¡lo haría por cualquier cliente¡ ¡¡tú no eres ya diferente¡
A Gerardo le duelen mucho las palabras del chico:
--¿qué? No tienes trabajo? ya te puedes largar¡
Nemesio se va lastimado por el odio que le ha demostrado Gerardo. Se va a toda prisa y a solas en su auto llora amargamente. Gerardo es más discreto pero también está sufriendo. Se toca las bolas preocupado. No quiere pensar en eso pero no puede dejar de pensar en las palabras de Nemesio.

David ha seguido a Inés así descubre dónde vive. Desde la muerte de su madre Inés ha regresado a la ciudad donde vivió con su primer marido aunque en una gran casa a las afueras. David regresa al día siguiente y lo hace con un ramo de rosas. Le sorprende que lo reciba una niña de 5 años. Se pone en cuclillas, le acaricia la cabeza con cariño:
--¿y tú quien eres?
--soy Lucecita... ¿y tú?
--David... ¿busco a Inés? ¿la conoces?
--si claro... Es mi mamá.
Las palabras de la niña retumban en los oídos de David:
--¡¡es mi mamá... es mi mamá...¡
Piensa en aquel polvo que le echó a Inés justo por la edad que tiena la niña. Inés sale en ese momento. Por la cara de estupor de David se da cuenta que su secreto ya ha sido descubierto.

Por su lado, Gerardo no ha dormido en toda la noche... buscando en internet cáncer de testículo. Encuentra todo lo que le ha dicho Nemesio. Se empieza a preocupar.

Capítulo 16





Inés mira el torso desnudo de David con deseo. Durante años soñó volver a estar con él y le atormentaba ese sueño.  Nunca pensó que la cosa se daría de una manera tan extraña. A David le divierte la situación. Siente cierto rencor hacia Inés porque la considera responsable de lo que es su vida en esos momentos. Una profesión que nunca buscó y que no le gusta. Aunque ahora bendice el día en que se metió en el campo de la prostitución. Sólo por vivir ese momento ya le merece la pena. David sonríe cinicamente. Inés se da cuenta que sigue siendo el mismo muchacho que se burló de ella. Quisiera irse antes que él la volviera a lastimar pero no puede está atrapada en su mirada. Con sarcasmo él le dice:
--vaya vaya vaya con la zorrita de Inés... tan bajo hemos llegado... Si lo supiera mi padre...
David se ríe. Inés está derretida por él. Le gusta mucho pero no se deja humillar. Él tampoco está en condiciones de hacerlo:
--tú no has llegado muy alto que digamos --le reprocha.
Él sonrie. Es una sonrisa que a ella la tiene loca.
--tienes razón --dice divertido-- jamás pensé que me pagarías por hacerte el amor... es excitante... ¿aún eres la esposa de mi padre, no?
--si aunque hace años que no sé de él.
Él le acaricia los senos y ella empieza a jadear. Ya no hay marcha atrás. Aunque por una parte ella quiere huir ahora si que ya no puede. Sólo desea que le haga el amor como aquella vez :
--dejemos de hablar... no me pagas para eso... --dice él mientras la va desnudando.
--¿en serio me vas a cobrar?
--claro... es mi trabajo.. --dice él devorando los senos desnudos de ella.
Ella quiere decirle que así no pero le gusta mucho...



Gerardo y Nemesio llegan al apartamento del primero. A Nemesio los ojos se le llenan de lágrimas. Le emociona estar en ese lugar que durante unas horas fue su hogar. Todo está igual, ese lugar en el que soñó que Gerardo era su marido, que estarían siempre juntos. Gerardo siente que Nemesio es el mismo chico que metió en su casa. Él que se moría por él.
--No ha cambiado nada. Este lugar sigue siendo el mismo. Veo que ti vida no ha cambiado nada --dice Nemesio emocionado.
--Sí tienes razón. El sexo es lo único que me importa. Yo no me he quedado anclado en el pasado como tú -con rintintín.
Nemesio se ha sentido herido y Gerardo siente haberlo herido. Por dentro se maldice porque lo que quisiera decirle es que quiere estar con él, sin atacarse, quiere encontrar una palabra para definir lo que está sintiendo en ese momento.  Por otro lado siente mucha rabia y asco de la profesión del chico y por eso lo ataca. Para devolverle un poco el ataque, el desprecio, Nemesio le dice:
--¡¡pagame¡¡no te voy a salir tan barato¡quiero más dinero¡
Gerardo le tira el dinero con desprecio al piso. Nemesio lo recoge con rabia. Gerardo se acerca a él. Lo trata con mucho desprecio.
--¿¿¡no te da asco tirarte a cuanto viejo se cruce en tu camino?
--Más asco me da tener que hacerlo con imbéciles como tú.
Los dos se miran con odio y con deseo. Los dos no pierden oportunidad de humillarse, de atacarse. Los dos se desean y se odian. Como si lo fuera a matar, Gerardo se baja los pantalones, entre sus manos agarra su herramienta sexual y como una amenaza le dice a Nemesio:
--¡¡chupamela, putón de mierda¡
Nemesio se iba a levantar:
--¡¡a mi me respetas¡
Gerardo se ríe. Con una mano lo sujeta fuerte en el piso para que se quede de rodillas.
--¡¡yo pago lo que me pidas...¡ ¡¡pero haces lo que se me pegue la gana, putón¡¡
Nemesio engulle el aparato de Gerardo. Es algo que produce un gran gozo en los dos. Nemesio lo muerde, lo chupa con desesperación. Lo está lastimando.   Gerardo no se quiere quejar, se quiere aguantar.
-¡¡así no¡ ¡¡eres una bestia¡¿que clase de puto eres que no la sabes mamar?
Trata de sacársela de la boca pero Nemesio la está mordiendo. Gerardo le da un golpe en la cabeza:
--¡¡ya sé que estás loco por mí, que llevas años deseando hacerme una mamada pero controlate¡
Nemesio se la saca de la boca. En realidad Gerardo tiene razon pero no quiere que se dé cuenta.
--a mis clientes les gusta que sea agresivo --dice Nemesio burlón.
--¡¡pues a mí no¡
--claro, yo a ti te gusto¡ --dice Nemesio atacándolo.
No está mintiendo y a Gerardo le da mucho rabia que haya descubierto sus sentimientos.
--¡¡eso no es verdad¡
De rodillas frente a él Nemesio le dice:
--Venga, si desde que nos volvimos a ver deseas echarme un polvo... habrías matado por eso.
A Gerardo no le gusta nada el tono despectivo de Nemesio. Le diría que se fuera pero lo desea demasiado. Se la mete de nuevo  en la boca.
--¡chupa suave y calla¡
Los dos cierran los ojos. Se olviden de todo. Deseban tanto ese momento. Nemesio chupa, saborea bien despacio. Con su lengua. Con sus dedos. Acaricia mucho los testículos de Gerardo. Abre los ojos. Nota algo que no le gusta. Toca mucho uno. Retoca. Nervioso le pregunta a Gerardo:
--¿te haces autoexploraciones en las bolas?
Gerardo abre los ojos. Mira a Nemesio incrédulo:
--¿¿qué tonteria es esta? ¡¡chupa y calla¡
Vuelve a cerrar los ojos pero Nemesio no chupa, sólo toca en el mismo sitio. Gerardo abre los ojos:
--Mira me encanta que me toquen las bolas pero te estás pasando ¿no? El contador corre.
Gerardo usa un tono de voz brusco. Nemesio se ve seriamente preocupado:
--Es buento tocarse las bolas para explorárselas después de una ducha caliente, almenos cada mes. He tenido varios clientes que han perdido un testículo por culpa del cáncer de testículo.
Nemesio de rodillas mira a su amado preocupado. Gerardo está boquiabierto:
--¿me estás haciendo una joda no?
--El cáncer en las pelotas es más común de lo que la gente cree.
Gerardo se aparta. Está nervioso.
--¡¡yo no estoy enfermo¡
Nemesio se levanta, se acerca a él. Lo mira con cariño y angustia:
--¿No te has dado cuenta que una de las bolas es más grande que la otra? Antes no lo tenías.
--bueno sí pero... --nervioso.
--¿te duelen los pezones? --Nemesio se los toca.
Gerardo se aparta porque sí le duelen.
--¡¡no quiero seguir hablando de esto¡
Nemesio le agarra la mano:
--mira tócate bien.
--¡¡estamos perdiendo el tiempo¡
Nemesio insiste preocupado:
--¡¡tocate las bolas¡ ¡¡sólo es un momento...¡
--¡¡puedo yo solo --dice apartando su mano de la de Nemesio.
Gerardo se toca las bolas mirando a Nemesio lascivamente:
--¿y ahora qué?
--así no --Nemesio desesperándose.
Nemesio le agarra él la mano y hace que se toca una de las bolas con cuidado.
--¿lo notas? Tienes un bulto duro. No se mueve ¿te duele?
Gerardo hace que no con la cabeza.
--Puede ser cáncer... Ves al médico.. Si se agarra a tiempo es curable casi en el 100 por 100 de los casos pero tienes que ir al médico.
Gerardo se pone muy agresivo.
--¡¡vamos a coger o no?¡
--Yo creo que es mejor...
Gerardo lo interrumpe. Lo agarra del cuello:
--¡¡te pagué para eso, maricón¡
Nemesio siente su odio y le duele.
--¡¡está bien¡ ¡¡vamos  a hacerlo¡
Los dos se desean en cambio se lastiman. A Nemesio le duele mucho las palabras de Gerardo así que olvida su preocupaciòn.


Capítulo 15

Inés está abatida en su casa... Se siente sola. Vacía. A pesar de los años que han pasado no deja de pensar en el polvo con David. Ella misma se atormenta de sus pensamientos. Se lo reprocha.
--¡¡no puedes seguir pensando en el novio de tu hijo...¡
tiene una herida en su corazón:
--¿y aún serán novios?
No ha hablado con su hijo. No podría, no suportaría pensar que han compartido al mismo hombre. Además como su hijo tampoco se ha puesto en contacto con él tiene miedo que él sepa lo que ha pasado y no quiera saber de ella. Sin sus hijos, sin David se siente vacía. Sobre la mesita hay la foto de una niñita de cinco años. Toma la foto con emoción:
--ella... mi luz... Lucecita mía... Mi único motivo para vivir... Mi secreto más mio... más hermoso...
Aunque se siente realizada como madre como mujer se siente vacía. Está mirando el periódico. En las secciones de contactos.
--¡¡no... dijiste que nunca más...¡ ¡¡no puedes seguir buscando en otros jóvenes lo que él te dio¡ ¡¡debes olvidar esta locura...¡ ¡¡no puedes seguir pensando en él...¡
Pero el placer que sintió al estar con David fue demasiado grande. Los años no lo han podido olvidar y no desea nada tanto como volver a sentir lo que él la hizo sentir. Señala un aviso en el periódico: "Morenazo, sexy, 22 años... A ti mujer cumplo todos tus sueños...". El corazón de la mujer late con fuerza. Más que nunca piensa en David y más que nunca necesita ese polvo.
--es una locura... es una locura...
Pero señala el anuncio y es más llama. Se siente como una adolescente haciendo una travesura.

Mientras Carmen se está duchando. Habla con Ana.
--no sabes lo que me pasó...
Ana se acerca al baño encantada. Así tiene la excusa de verla desnuda. Su frustración por desear estar con una mujer pero no atreverse la está convirtiendo en una mujer amargada.
--Gerardo quería hacer el amor conmigo pero no pudo... No se le levanta... Debe ser la edad...
--No maches, Carmen... Gerardo es gay...
--Pero te juro que se moría por hacerme el amor... Yo creo que no le gustan tanto los hombres ya,...
--¿es que crees que las tendencias sexuales es algo que cambias como si cambiaras un bolso?
--pues no estaría nada mal --dice divertida.
Suena el teléfono. Toma la llamada Ana.
--quien es...?
--Está Cristina...?
Es Lucía la que habla es una voz muy sensual y femenina que penetra en Ana.
--No, es número equivocado pero que más quisiera yo que ser Cristina...
Lucía escucha sorprendida:
--¿dónde llamo? ¿quien eres?
--Me llamo Ana... ¿y tú?
--Lucía, tienes una voz muy bonita...
Ana se estremece:
--en serio... A mí también me gusta escuchar tu voz...
Sin darse cuenta las dos extrañas comienzan una conversación:
--Me gustaría volver a hablar contigo... ¿te puedo llamar otro día? Tal vez nos podamos llamar...
--sí, me gustaría mucho...
Ana está muy contenta. Al colgar suspira enamorada. Carmen se acerca a ella envuelta en una toalla.
--¿quien era?
Ana trata de ocultar sus sentimientos:
--número equivocado.
Carmen se le ríe:
--¡no te hagas si parecía que hablabas con tu novio...¡
Ana se siente extraña. No está segura de estar preparada para tener que dar explicaciones, igual le apetece mucho vivir un amor


Inés llega a la habitación nerviosa.
--Pasa...
Es una voz varonil que la seduce, que se le ha clavado en el alma.
--¡¡no, no puede ser...¡
Entra con miedo. Siente que el corazón se le va a escapar de la garganta. Ahí está él. David. Sin camisa, de espaldas. Con unos jeans que le hacen un culo de infarto. La mujer está en shock. Ha deseado tanto ese momento, volver a verlo. Volver a estar en sus brazos. Son tantas preguntas las que se le pasan por la cabeza: qué ha hecho en los últimos años, si sigue con su hijo... No le sorprendería que se dedicara a la prostitución si fuera con hombres pero con mujeres... Está tan sorprendida:
--¿debe estar tanto con mujeres como con hombres? --piensa.
Inés lo mira en una mezcla de amor, deseo, odio, asco. David le habla coqueto:
--¿qué pasó, linda? ¿porqué tan callada? ¿qué te apetece que hagamos?
David se gira y se queda con el rostro desencajado. Lo que menos esperaba era que ella se le ofreciera como cliente.



Mientras, otro que está perdiendo su orgullo es Gerardo. No desea otra cosa más que hacer el amor con Nemesio. Se acerca a él al antro. Nervioso.
--¿¿cuanto cuestas? ¡¡esto dispuesto a pagarte lo que me pidas¡
Nemesio siente la vergüenza de Gerardo, siente su humillación. Ahí es donde lo quería tener. Él también desea hacer el amor con él. Tiembla de deseo  pero también lo quiere humillar. No lo quiere hacer de gratis. Aunque lo que desea es besarlo y decirle que lo ama pesa más esos años de rencor. Mientras que Gerardo no se atreve a mirarlo a los ojos, Nemesio le dice burlón:
--asi que estás tan desesperado. Muy mal.¿qué pasó? te haces viejo? Ya nadie quiere hacerlo contigo y estas desesperado. ¿Llevas mucho solo pajeandote?
Gerardo se siente muy incómodo. Le da pena que la gente sepa que está acudiendo a un profesional.  Mira a Nemesio herido. Sólo un segundo:
--no soy tan viejo como esos asquerosos con los que están. Tú me dices lo que cobras y yo te pago ¡¡cuanto¡?
Nemesio se hace el dificil:
--no sé... no sé... --dice riendo-- tampoco no me voy con cualquiera que me lo ofrezca.
Gerardo saca su billetera y empieza a sacar billetas. Está desesperado:
--¡¡cuanto?¡por un demonio, no me vuelvas loco¡¡
Por un lado a Nemesio le gusta ver a un Gerardo desesperado. Le gustaría creer que lo está amando pero sabe que es sólo sexo. Le duele pensar que después de esa noche ya no lo volverá a ver. Quiere rechazarlo pero no puede. Lo ama y lo desea. Se conformará con haberlo humillado.
--quien lo hubiera dicho ¿no? --Nemesio riendo-- tú que tanto me despreciaste, ahora me buscas y me pagas ¿tanto te gusto, tanto deseas hacer el amor conmigo?
A Gerardo le duele mucho el desprecio de Nemesio, quisiera irse pero sabe que es ahora o nunca. Siente que si no hace el amor con él esa misma noche se va a morir de deseo.
--¿No que no me recordabas? --dice Gerardo con burla.
Nemesio siente que no podrá fingir más indiferencia. Agarra todo el dinero que le ofrece. Gerardo con desprecio:
--creí que serías más caro,siempre fuiste un imbécil.
A Nemesio le duele que Gerardo siga humillándolo. Se muestra frío:
--¡¡vamos a hacerlo, luego no quiero que me molestes¡ --dice Neme herido.
Gerardo se ríe:
--¿y para qué te tengo que querer volver a ver? Sólo sirves para diversión pasajera. Eres usar y tirar. No tienes nada más que ofrecer.
En realidad Gerardo está sintiendo un fuego que no está seguro que el sexo lo apague pero confía en que sí. A Nemesio le duele mucho el desprecio de Gerardo cuando él arde en deseo de hacerle el amor. Ya no se puede echar atrás. Lo trata con el mismo desprecio que Gerardo lo trata a él.
--¡¡pues venga, que no tengo toda la noche. después de ti me esperan otros clientes¡
Nemesio se adelante hacia la salida. A Gerardo le da mucho rabia pensar que después de acostarse con él, Nemesio vaya a estar con otro tipo pero se traga su rabia. Los dos fingen dureza cuando en realidad sienten cosas bonitas el uno por el otro.
--¿vamos en tu auto? --Nemesio muy frio.
--¿y donde vamos?
--A tu casa o al hotel donde voy yo siempre.
--No, no quiero meterme en la misma cama en la que metes a todos viejos repugnantes --Gerardo con desprecio.
--¿celoso? --burlón-- No vamos a hacer el amor, sólo es sexo.
A Nemesio le cuesta mucho fingirse indiferente y a Gerardo le da mucho rabia sentir que lo trata como trataria a cualquier cliente.

Capítulo 14



Nemesio y Gerardo se están besando con pasión. Por un momento son uno y se han olvidado de todo.  Nemesio lo está amando más que nunca pero el dolor por su rechazo lo ha amargo en los últimos años y no le da la gana olvidarlo. Le da un empujón. Durante unos segundos recuerda todo lo que le suplicó amor y todo lo que Gerardo lo humilló. Pretende así tener su odio reciente para poder despreciarlo. Con un gran odio le dice:
--¿me vas a pagar o no?
--claro que no¡
--¡¡pues no me busques más¡
Gerardo está desesperado por hacerle el amor:
--Neme, espera.
Nemesio no le hace caso. Gerardo le agarra del brazo:
--perdoname.
Neme lo mira sorprendido.
--¿qué dijiste?
Gerardo está muy apenado:
--mira yo... --balbucea-- no soy bueno para estas cosas... pero te pido perdón... Siento haberte lastimado.
Aunque lo ama, aunque por un lado le emocionan sus palabras, Nemesio no puede olvidar tan facilmente esos años de rencor. Le aplaude, le habla con ironia:
--¡bravo, bravo¡ ¡¿¿Creí que no te gustaban los espectáculos?¡
--bueno yo... --balbucea.
Por primera vez Hersrdo no sabe como entrarle a un hombre.
--¡¡ya, no me jodas más. Si me quieres ya sabes como. Si tanto necesitas coger, si no logras que nadie te haga el favor... pues me llamas y yo te lo hago¡¡
Nemesio se va riendo aunque se siente muerto por dentro. Gerardo  queda rabioso. Desea romper algo, se dedica a morderse los puños.. En su auto Nemesio llora. Golpea el volante con rabia.
--¡¡te amo, te amo¡
Lo ama pero maldice ese amor que sólo lo ha hecho sufrir. Tiembla todo recordando las tiernas palabras de él. Se corazón se le está ablandando pero ha sufrido demasiado para que su cerebro lo perdone así como así.
--¡¡lo tengo que destruir, lo tengo que destrui¡
Pero se está muriendo por él.
--aunque yo muera en el intento --dice abatido.

Gerardo llega a su casa. Es de madrugada. Se siente avergonzado por lo que ha pasado con  Nemesio. Piensa en la apuesta de Carmen.
--¡¡No, ella no puede saberlo¡
No imagina que está lo está esperando en el portal y al verlo llegar sabe que ha triunfado.
--¿¿qué es lo que no puedo saber? --pregunta ella divertida.
Gerardo la mira nervioso.
--No nada.
Carmen le agarra la mano herida por sus mordiscos de rabia y frustracion.:
--¡sí que eres bruto al masturbarte¡ --le dice divertida.
Gerardo se aparta de ella.
--¡no tengo ganas de tus tonterías¡
Carmen todo se lo toma a risa.
--No hay duda que hoy no has mojado y mucho menos con el niñito que te mueve el tapete.
Gerardo abre la puerta del edificio.
--estoy muy cansado, quiero dormir.
Ella le pega un pellizco en el trasero:
--¡pero tienes una deuda conmigo¡
Gerardo la mira cansado:
--¿ahora?
Pesé a que ya creía haber superado su amor por su amigo. Carmen se da cuenta que sigue sintiendo mucho por él. Desea hacer el amor.
--venga no seas mala. Almenos que la metas en algún sitio.
Carmen se le ríe. Gerardo la mira con mala cara. Ella sigue riendo:
--que arisca chica. Necesitas un buen polvo.
Le acaricia el pecho con deseo:
--te aseguro que será el mejor polvo de tu vida. Seguro que no vas a querer saber nada de los hombres.
--sí, seguro --dice Gerardo con una triste sonrisa.

Nemesio llega a un lujoso apartamento. Mira con tristeza todo lo que ha logrado durante esos años con su cuerpo, con muchos hombres en su cama. Varios diarios. Son miles. Siente asco de sí mismo. Se da una buena ducha fría. Se frota hasta ponerse la piel roja para borrar las huellas del viejo del turno. Piensa en Gerardo:
--sólo con él hice el amor.
Piensa en lo feliz que fue en su brazos. En lo mucho que lo sigue amando. Se acaricia los labios. Se estremece recordando el beso que se ha dado. Sale de la ducha, se mira al espejo totalmente desnudo. Se mira con desprecio:
--¡¡sigues siendo el mismo imbécil¡ ¡¡por eso Gerardo nunca te dio bola, por eso siempre se rió de ti¡
Sus ojos se llenan de lágrimas por esa herida de amor que nunca cerró.



Mientras Gerardo está tratando de fornicar con Carmen. Están los dos desnudos en la cama.
--¡chica colabora¡ --dice ella que con su boca trata de despertar la verga de Gerardo.
Él está muy nervioso.
--¡¡sí me tratas de chica menos se me va a despertar¡
Carmen lo masturba:
--¡¡dile a Gerardita que se anime¡ --Carmen riendo.
Gerardo se levanta totalmente desnudo. Se pone el bóxers.
--¡tenemos una apuesta¡ --le regaña ella.
Gerardo lo mira molesto:
--¿¿no te das cuenta que no puedo?
Carmen se levanta desnuda. Lo abraza por la espalda:
--pero antes pudiste.
Gerardo se aparta de ella:
--de eso hace siglos..
Carmen está dolida. Deseaba estar con su amigo:
--¿y qué ha cambiado?¿qué ahora estás enamorado de ese niñito?
Carmen habla con despecho. A Gerardo le ofenden sus palabras:
--¡¡claro que no¡
Carmen agarra su ropa:
--¡¡pues es lo que me ha parecido¡
Gerardo se siente liberado al ver que Carmen se va. Justo en la puerta ella dice:
--¡¡te guste o no te has enamorado de ese niño y me alegro que no te corresponda así sabrás lo que sufrido yo durante estos años¡
Carmen se va furiosa, sus palabras crean una honda herida en él. No sabe bien porque pero cuando piensa en Nemesio tiene ganas de llorar.