miércoles, 10 de junio de 2020
Capítulo 8
Carmen está desnuda en la ducha. Ana la mira con deseo. Le gusta y mucho. Carmen está apurada.
--pasame la toalla, se me ha hecho tarde... Gerardo me va a matar...
Ana le acerca la toalla, el deseo la puede y la acaricia en un seno. Es una débil caricia. Carmen se aparta.
--¿¿qué haces?
Ana se sofoca.
--que pena contigo...No se que me pasó...
Ana se sienta en la taza del wáter. Se derrumba. Carmen le acaricia el cabello:
--no pasa nada... Es normal...
Ana mira a su amiga sorprendida:
--¿¿normal?
--Conmigo no tienes que disimular, siempre supe que te gustan las mujeres...
--¿en serio?¿y no te enojas?
--No, aunque ya sabes que a mí me encantan los hombres... Yo sé lo que es amar a alguien que no te va a corresponder...
--Nunca lo hiciste con una mujer?
--No pero sí lo hice con un maricón...
Luego se ríe aunque un poco de amargura en sus palabras.
--Menuda pareja que formamos tú y yo ¿no?
Carmen la trata con cariño:
--algún día encontrarás a tu princesa... ya verás...
--ojalá, deseo tanto que alguien me quiera...
--Eso es lo que queremos todas...
--¿y porqué no probar?tal vez nos va bien juntas...
--Eso intenté yo con Gerardo pero no hubo manera... A mi me encantan los hombres pero a él aún más... Tampoco funcionaría contigo... ya me voy...
Ana se queda triste aunque no pierde las esperanzas de que se le haga con su amiga.
Inés llega a su casa aturdida. No hay nadie.
--menos mal...
La mujer necesitaba estar a solas. Se acerca a su habitación. Hay dos camas. Se tumba en la de su marido. Mira la foto de la boda. Se siente vacía.
--Mi marido... Un marido solo en papeles... Hace tanto que no me toca...
Inés se mira al espejo:
--soy fea... soy vieja... ningún hombre se fija ya en mí...
La mujer se siente frustrada. En el fondo siente envidia de su hija. Ella también quisiera vivir una loca pasión como ella sin pensar en las consecuencias. La mujer se mete en la ducha. David llega a la casa. Al darse cuenta que Inés está en la ducha se desnuda y se pone frente a ella. Silva.
--vaya, vaya... mamita... que rica estás --dice burlón.
Inés se sofoca.
--¿¿qué haces aquí?
Él se muestra pícaro:
--No hace falta que te tapes... ya te vi toda... y tú también me has visto desnudo... Sé que te gusto...
Inés se tapa los ojos:
--¡¡no vi nada...¡ ¡¡no vi nada...¡ --muy nerviosa.
David se mete en la ducha:
--pues mira, yo sé que te gusto... y mucho... Es normal... a todas las mujeres les pasa...
--¡¡eres un imbécil...¡
Inés se quita la mano en los ojos. Luego al ver a su hijastro desnudo se vuelve a tapar. David le agarra de la mano:
--porque te pones así... Me has visto desnudo miles de veces y yo sé que te gusto... y tú no estás nada mal...
Inés se sofoca:
--hablas en serio?
A David le hace gracia los nervios de Inés. Le gusta jugar con ella. Le coquetea.
--mi padre no te toca... Lo sé... No te apetece probar un chico joven y potente... Será una diversion sin compromiso... Luego lo olvidamos y tú sigues con mi padre...
Inés lo bofetea y David la abraza y la besa.
--¡sueltame...¡ --jadea ella.
David se muestra muy coqueto:
--pues mirame y muestrate indiferente...
Inés lo mira pero está demasiado sola y su hijastro es muy atractivo. Por una vez en su vida quiere cometer una locura, quiere hacer algo de lo que poder arrepentirse. Besa a David con una loca pasión.
--mijita... sí que estás desesperada... --dice él riendo.
Inés mira a David ansiosa. David le acaricia los senos. Ella jadea:
--cuanto tiempo hacia que nadie te tocaba... que nadie te tocaba de verdad?
Inés se olvida de todo y se aferra a él:
--hazme vivir... hazme volver a sentirme joven...
David devora a Inés.
--se dulce... sé dulce... --le suplica.
Él se muestra agresivo:
--yo hago el amor como a mí me dé la gana...
Inés se aparta de él. Sale de la bañera.
--¡¡pues no...¡
David sale de la bañera desnudo. No se quiere quedar con las ganas. Su padre siempre lo ha mirado por encima del hombre. Le ha hecho sentir que es inferior a él. Le excita acostarse con su esposa. Se lanza sobre ella. Caen en la cama. Se da cuenta que Inés nunca ha sido amada de verdad. Le cuesta mucho que Inés goce de verdad. En un primer momento sólo quiere preocuparse de su placer pero le excita que la mujer de su padre grite en sus brazos como nunca lo ha hecho en brazos de su padre. Y lo consigue. Inés se queda en shock. Abrazada al chico que la mira con burlón. Inés no piensa en nada.
--nunca pensé que se podría ser tan feliz en el médico... Sé que te vas a reir de mi pero... Hoy ha sido mi verdadera primera vez...
David la mira burlón:
--tu nunca has tenido un hombre en tu cama... --le dice riendo.
--ha sido muy especial para mí...
David se levanta de la cama. Mira a Inés con burla:
--si lo sé... todas las mujeres con las que me he acostado dicen lo mismo...
--Porqué te gusta humillar a la gente...?
--¿y porque las mujeres primero se comportan como unas rameras y luego piden explicaciones?
A Inés le duele mucho el desprecio con la que la trata su hijastro. Le tira una lámpara:
--¡¡no te quiero volver a ver imbécil...¡
--¡claro que quieres y me verás y recordarás mi cuerpo desnudo y te morirás porque te haga el amor¡ --habla muy sensualmente y ella está derretida.
Luego David la mira agresivo:
--¡¡pero no me vas a tener...¡¡
David se queda riendo e Inés llorando pero aunque la ha humillado no se puede sentir mal, ha vibrado en brazos de un hombre como nunca lo había hecho antes.
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