Capítulo 10

Gerardo despierta desnudo y solo en su cama. No ve a Nemesio.
--¿tal vez se fue? bueno, sería lo mejor.
En esos momentos llega el otro con una bandeja con comida. LLeva una rosa.
--hola, mi amor. Te traje el desayuno.
--¿y esto?
Nemesio le da la rosa:
--Es para demostrarte lo importante que ha sido está noche para mí.
Gerardo deja la bandeja a un lado, con rosa incluida. Le agarra la mano a Nemesio:
--Neme, ¿tienes claro que no somos una pareja? Sólo somos unos buenos amigos y yo te estoy haciendo un favor.
Nemesio agarra la rosa, pone cara de bueno:
--¿y qué tiene de malo que los amigos se quieran?
--Mientras tengas claro que entre nosotros no hay nada no es malo pero no estoy seguro que....
Nemesio le da un rápido beso:
--yo controlo... no pasa nada.
Gerardo salta de la cama.
--No te comes tu desayuno.?
--No, tengo prisa.
--Tengo algunas cosas que hacer. Necesito las llaves de nuestra casa.
Gerardo lo mira incrédulo:
--¿nuestra?
No espera la respuesta. Saca de un cajón un juego y se lo da.
--pero recuerda que estás aquí de paso.
--si claro.
Mientras ,Gerardo después de ponerse un boxers, va a abrir la puerta, Nemesio sonrie:
--No, yo de aquí ya no me muevo.
Carmen entra en el apartamento. Abraza a Gerardo.
--¡¡como está el gay más bello de la ciudad¡¡
En el fondo está Nemesio con la rosa en la mano. Carmen se le ríe. Al oído le dice:
--vaya de rosa y todo sí que el romance va muy bien, reina.
--las cosas no son como tú crees.
Nemesio abraza a Gerardo:
--¿no me presentas a tu amiga, mi vida?
Gerardo fuerza una sonrisa. Carmen se muere de la rabia al ver como Nemesio se metió ya en la vida de su amado Gerardo.

David anda en la calle con una bolsa de deporte en las que están todas sus cosas. Está muy golpeado. Busca apoyo en su hermana. Va hacia el trabajo de ella. La ve de lejos, está besándose con una chica y como le habla y la toca se nota que hay una relación. Para David es un duro golpe. Se va sin ser visto. No tiene familia. Está solo. Se siente perdido.
--¿y ahora qué hago?
David empieza a caminar sin rumbo fijo. Trata de hablar con Inés por su celular.
--Ella me tiene que ayudar ¡¡además no puede creer que soy gay¡
La mujer está refugiada en su pueblo natal. A cientos de kilómetros. Le atormenta ver que David la llama. Llora pensando en que le gustó hacer el amor con él.
--Fue mi mejor vez.
Se siente muy angustiada.
--¡¡como pudo¡
No entiende como siendo el novio de su hijo le pudo hacer el amor de esa manera tan apasionada pero no puede creer que su hijo esté mintiendo. Llama a sus hijas que estsn de crucero pero no puede hablar con ellas. Apaga el celular:
--se acabó. No puedo más. Mis hijos ya no me necesitan.
Inés necesita un buen tiempo para reflexionar, para volver a encontrarse así misma. David se enoja al ver que apagaron el celular.
--¡maldita, maldita ¡¡ella me tiene que ayudar. Me tiene que ayudar¡
Está abatido. Se sienta en un banco. Está desesperada. Piensa en el polvo que le echó a Inés. En Neme.
--¡¡como te pille te mato¡
David habla en voz alta,:
-y ahora quien me va a mantener?
Alguien le pone la mano en los hombros:
--con tu cuerpo no tienes que tener problema de dinero..
David se pone a la defensiva.
--¡¡Mira, jotito, a mi no me toques¡ ¡¡no te hagas ninguna idea rara sobre mí¡
El chico le guiña el ojo:
--Podías ganarte bien la vida acostándote con hombres.. Muchos pagarían por acostarse contigo.
David desahoga su rabia en él:
--¡¡yo no soy maricón, yo no soy maricón¡
Golpea con brutalidad a Christian, está tan molesto que no le deja defenderse. Lo deja muy malherido, cuando oye que van a avisar a la policia huye corriendo. Da patadas a todos lados.
--¡¡maldita sea, maldita¡

Gerardo le da un pequeño empujón a Nemesio.
--Nemesio, por favor. Vete a la cocina. Recoge el desayuno.
--si, mi amor--dice dándole un cachete en las nalgas.
--Y no me llames mi amor, Nemesio.
--Está bien, mi vida. Y me llamo Neme.
Carmen no puede ocultar sus celos:
--bueno mi vida, mi reina.Te dejo a solas con tu amorcito.
--Carmen, tú sabes como están las cosas. El chico está un poco loco pero no es mala onda.
--¡¡pues que sean las dos muy felices¡
Y cierra la puerta de un portazo. Con ironía, Nemesio le dice:
--que bueno que se fue la pesada de tu amiga.
Gerardo se le acerca molesto:
--Mira, niñito...
--No me digas así.
Gerardo está molesto:
--Nemesio, no te metas con mis amigos. No me trates como si estuvieramos casados. Hoy hablaré con mi jefe, con un poco de suerte mañana tendrás donde ir.
Nemesio pone cara de pena:
--¿pero qué mal te he hecho yo? después de lo que me ha pasado. Yo no quiero estar solo.
--Pero es que yo tengo mi vida.
--¡¡pero no te voy a molestar¡
--Luego hablamos de eso.
Gerardo agarra su ropa y se viste. Se va hacia la puerta. Nemesio se le tira encima:
--hasta la noche. Te amo.
Gerardo lo mira con resignación y se va.
--bueno, menos mal que lo puedo controlar.
Mientras Nemesio sonríe:
--y ahora a preparar a mi novio la sorpresa de su vida. Después de esta no me va a dejar... No.