miércoles, 10 de junio de 2020

Capítulo 6


Nemesio mira a Gerardo triste. Mojado.
--¿¿¡porqué me haces esto??¡ --dice lloroso.
Gerardo no busca más que pasar un buen rato.
--si lo llego a saber no te doy bola¡¡y ahora largo¡
--¡¡si no bajas diré a todo el mundo qué...¡
Gerardo mira nervioso a todos lados. No le gusta sentirse el centro de todas las miradas. No lo deja acabar:
--¡¡no me busques, te vas a arrepentir, buscaré a tus padres¡
Nemesio tiene miedo. Y entonces se va. Luego se arrepiente. Gerardo al fin se relaja pero Nemesio está molesto de sí mismo.
--¡¡debería haberme quedado¡
Pero le asusta la amenaza del chico que le gusta.
--¡¡no lo haría  aunque vaya de valiente él tampoco quiere que lo señalen por el dedo¡¡
Pero si  me echan a mí ¿¿dónde voy a ir?
Sueña con la ilusión que  lo echen de casa y Gerardo se lo lleve con él.
--sería fantástico.
Aunque la idea de dejar su lujoso departamento para vivir en un pequeño estudio no lo gusta por Gerardo está dispuesto a esto y más. Se excita mucho pensando en él:
--¿qué me está pasando? ¿¿qué?
Llega a su casa abatido. Sin entender bien qué le pasa. Ni siquiera él entiende como se ha dejado seducir de esa manera por un desconocido que hasta el día anterior no estaba en su vida. Mira a David que está en boxers a su lado. No entiende lo que le ha pasado también con David. Desde que lo conoció lo amó. Por él descubrió que le gustaban los hombres aunque nunca quiso reconocerlo. David, involuntariamente le hizo ver que la belleza masculina es lo que le mueve, lo que le excita. Hasta el día anterior David le movia el piso. Le gustaba verlo desnudo. Verlo duchándose era su fantasia más anhelada. En cambio ahora lo ve como si fuera su hermano. Está en boxers, marcando mucho paquete. Era algo que antes le fascinaba. Se lo queda mirando fijamente. Le gusta amar a Gerardo pero lo está haciendo sufrir demasiado en parte le gustaría que las cosas fueran como antes. David lo mira molesto.
--que pasa wey ¿No tienes donde mirar?
A Nemesio ya no le pone nervioso David. No se siente sucio al mirarlo. Es su hermano y lo ve así. Aunque le duele el amor que siente por Gerardo también lo hace sentir pleno. Puede tratar a David con la misma frialdad con la que lo trata él.
--No sé que  ideas raras te has hecho conmigo pero si no te gusta como te miro pues no te desnudes delante mío.
David se le enfrenta furioso. Ni siquiera ver en boxers, como se le mueve su gran vergs en ese boxers le produce  nada. Antes lo hubiera enfermado de placer.
--¡¡No sé cual es tu juego ahora pero el que me ha comido con los ojos desde que invadiste mi habitación eres tú no yo¡¡
--¡¡yo no quería dejar mi casa. Estaba muy bien solo con mi madre y mis hermanas¡
--Así saliste bonita. Mi casa se ha llenado de mujeres y tú eres una más --dice David riendo.
Nemesio se siente diferente. El amor lo hace sentir valiente. Siente que ya es un hombre y que no puede permitir que lo sigan pisando.
--¿cual es tu problema conmigo?
Los dos hermanastros se miran desafiantes.
--¡Vaya, vaya... así que la mujercita está sacando las uñas¡ ¿¿qué te sientes muy hombre porque ya has encontrado alguien que te pele??
--Pues sí he conocido a un hombre y me encanta coger con él --dice Nemesio con orgullo.
--No lo digas como si fuera algo bueno. Tu madre se muere si se entera ¡no quita, menos mal que no eres nada mío, vergüenza me daría a mi tener un hermano homosexual ¡que asco¡ ni se te ocurra pegarme nada pinche jotito¡¡
Nemesio mira a David dolido, decepcionado:
--Siempre supe que eras una basura pero nunca pensé que tuvieras estas ideas de cavernícolas. Te quedaste en el siglo pasado.
David gesticula mucho. Lo desconocido le da miedo y nunca entendió bien el punto de vista de Nemesio:
--Mira, jotito. A mi tu vida no me importa. Yo lo que quiero es que me dejes en paz, que no me mires raro.
--Yo no tengo la culpa de si siento cosas que no te gustan. Por suerte, no soy como tú. Amor es amor y no importa si se lo das a una mujer u otro hombrem
Nemesio quisiera poder hablar con David, con ese chico que tan importante fue para él, que le hizo sentir deseo por primera vez. Quisiera poder hablar con él como amigos, como hermanos pero David le tiene desconfianza.  No entiende la vida que lleva y no quiere tener un acercamiento con él.
--¡¡quita quita ¡¡yo con 14 años ya iba con hembras, ya era hombre...  y tú eres la hembra¡ --dice David con desprecio.
--Piensa como quieras. Con un poco de suerte pronto me podré ir de esta casa. Me iré a vivir con mi novio.
A David se le hace extraño escuchar a ese joven que siempre vio en el closet hablando de novio:
--y dime una cosa ¿se lo vas a presentar a nuestros viejos? porque... Eso quiero verlo yo--dice David risueño-- quiero ver la cara que se le pone a tu vieja al saber que tiene un hijo rarito y a mi padre... él no soporta a los homosexuales. No le gustará nada tener un hijastro joto.
Nemesio tiene miedo. Desea enfrentarse al mundo por el amor de Gerardo pero su madre, su padrastro. Es algo que no está seguro de poder superar. David se le ríe. Con desprecio le dice:
--¿lo ves? por más que te hagas el superhombre conmigo tú sabes que eres raro, que lo que haces no está bien. A mí me da igual con quien te acuestes pero que no es normal no lo es. Tú puedes hacer lo que quieras pero no es algo de lo que puedas presumir ¿¿qué pretendes venir a esta casa de la mano de tu maridito ¡¡esta casa no es tuya y mía sí y yo no lo voy a permitir¡
Nemesio mira a David muy triste y le dice:
--Yo sólo quiere ser feliz.
David lo mira con un poco de culpa. Piensa que tal vez los dos no son tan diferentes pero es que le cuesta que un hombre eliga amar a otro por voluntad propia.
--lo mejor es que esa felicidad no la busques en mi casa.
Nemesio se va del cuarto. Deja la puerta abierta. En ese momento pasa Inés, David le guiña el ojo. Ella se va sofocada. Él se ríe.





Mientras Gerardo se está dando una ducha. Tocan al timbre insistentemente.
--¡¡ya voy, ya voy¡¡
Sale totalmente desnudo secándose la cabeza con la toalla. Mira quien es.
--¿¿y este bombón quien es?
 Se pone la toalla en la cintura. Abre. El desconocido se queda muy impactado. No esperaba encontrarse semejante belleza en ese lugar y desnudo.
--perdona si molesto.
Gerardo le agarra del brazo:
--No pasa, pasa ¿me buscabas a mí?
Gerardo es muy coqueto. Además se da cuenta del deseo que despierta en el otro chico.
--bueno no, yo en realidad soy el nuevo vecino venía a por...
Gerardo no le hace caso:
--Me encanta tu tatuaje --dice acariciándole el brazo.
--tengo otro en la espalda.
--¿me lo enseñas?
Los dos están temblando. El vecino nuevo se sube la camiseta, Gerardo lo acaricia con desesperación. Los dos se desean y se besan con desesperación.
--ven, vamos.
Gerardo lo acompaña a la cama. Fornican como bestias. Los dos están muy satisfechos. Gerardo se queda en la cama. Enciende un cigarro.
--¿¿quieres uno?
El vecino nuevo se empieza a vestir.
--No, no fumo y tú no deberías hacerlo.
--No me gusta que me digan lo que tengo que hacer.
--No te enojes. Tú mismo. Si me quieres volver a ver me tienes arriba.
El chico sale del apartamento justo en el momento entra Carmen.  El desconocido la saluda, Carmen lo mira molesta.
--Vaya, querida. Veo que no pierdes el tiempo ¿quien es tu amigo reina?
Carmen no puede ocultar su deseo, sus celos.
--No me mires así. Sabes que no me gusta que me mires de esa manera--dice Gerardo cubriéndose con la sábana.
--¿si y cómo te miro, chica?
--con ojos de mujer.
--Bueno entre amigas no pasa nada.
Gerardo la mira molesto. Va hacia la nevera.
--¿¿qué es lo que quieres?
--A ti --dice ella acariciándolo.
Él la mira con pena.
--a mí nunca me tendrás, ya lo sabes.
--¿que esperas de la vida? ¿qué estás haciendo con tu vida? --le dice ella amargamente.


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